el blog de reseñas de Andrés Accorsi
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martes, 26 de agosto de 2014

26/08: TIBURCIO Vol.2

Poco para agregarle a la reseña del Vol.1, publicada el 19/05/13. Me encanta Tiburcio, me divierto mucho con sus mini-aventuras; me siento identificado, como si Alejo Valdearena conociera oscuros secretos de mi infancia: el miedo a tirarse del trampolín, las enfermedades fingidas para zafar de la clase de Educación Física, la onda con algunas maestras cuya belleza y simpatía me hicieron deponer mi clásica actitud de rebeldía, de ¿quién carajo sos vos para decirme lo que tengo que hacer?, los “cloros” en la pileta… Cuando yo era chico no había internet, ni videojuegos, ni comiquerías. Pero muchas de las cosas que vive Tiburcio en esta década, yo las viví en los ´70 y me causó mucha gracia verlas reflejadas en las tiras de Alejo.
Por supuesto, el dibujo de Diego Greco se luce más y más a medida que pasan las tiras. Lo que vimos en el Vol.1 era realmente notable y acá ya vemos al crack de Banfield en un nivel extraordinario, muy por encima de lo que se puede encontrar en casi todas las historietas de la Genios o la Billken. Claro, Greco juega con la ventaja de poder dibujar cuatro o a lo sumo cinco viñetas por semana, contra la página o las dos páginas que entregan sus colegas en las revistas semanales. Pero aprovecha a full esa posibilidad y realmente deja la vida en cada tira. Que además se aprecia muchísimo en el formato elegido para el tomito recopilatorio, en el que cada tira ocupa dos páginas. Te lo terminás muy rápido, es cierto, pero el dibujo de Greco impacta y se disfruta mucho más.
Quiero más Tiburcio. Compré esta fórmula de humor directo, simple, efectivo, finamente sazonado con mala leche y que, además de causarle gracia a los chicos (lo comprobé con mi sobrino, que ya se había hecho fan incondicional con el Vol.1 y esperaba al Vol.2 tanto como a la segunda peli de los Avengers) le puede hacer pasar un muy lindo momento a los grandes. Lo único que me costó entender del Vol.1 y que ahora entiendo menos que antes es cómo Valdearena y Greco tienen que disfrazarse de editores para publicar sus tiras, en vez de dedicarse a elegir la más copada entre las decenas de propuestas que deberían lloverles de las editoriales distintas que incursionan en el rubro de la historieta infantil. Ojalá haya libritos de Tiburcio para rato, así podemos disfrutar de esta exquisitez sin ensuciarnos las manos con esa inmundicia editorial conocida como la revista Viva.

domingo, 19 de mayo de 2013

19/ 05: TIBURCIO Vol.1

Qué increíble cómo se le escapó este libro a las grandes editoriales, o a Comiks Debris, que es un sello pequeño, pero 100% centrado en historieta infantil... Lo cierto es que, en vez de seguir esperando el llamado providencial de algún editor que les propusiera convertir en libro esta tira que publican desde 2009 en la revista Viva, el guionista Alejo Valdearena y el dibujante Diego Greco rompieron el chanchito y se largaron ellos mismos a editar el primer recopilatorio de Tiburcio en formato libro. La verdad es que les quedó lindísimo: más de 100 páginas, muy buen papel, hermosa portada, un formato más grande que el de los libritos de tiras de Mafalda o Gaturro, y hasta un bonus track: un poema ilustrado inédito, protagonizado por el Gaucho Zombie.
Cuesta acostumbrarse al hecho de que tenemos una tira de Tiburcio cada dos páginas. Las tiras están reproducidas en un tamaño mayor que el de la publicación en Viva, y cada una ocupa dos páginas. En las primeras tiras, esto hace un poco de ruido, porque Greco rara vez dibuja más de cuatro viñetas, lo cual nos deja con sólo dos viñetas por página. A medida que avanza la tira, se hacen más frecuentes las seis viñetas y ahí sí, cada página del librito ofrece un poco más. En total tenemos 42 breves historietas de Tiburcio, más el poema del Gaucho Zombie, que consta de seis hermosas ilustraciones.
Lo bueno de publicar una tira cada dos páginas es que el dibujo de Greco se ve maravillosamente bien y se disfruta en toda su dimensión. El estilo que desarrolla acá el crack de Banfield no se parece en nada al de sus trabajos anteriores: esto es una especie de García Ferré del Siglo XXI,con una estética simple, muy jugada a la caricatura, personajes muy expresivos, fondos muy trabajados, color digital muy logrado (en el cuento del Gaucho Zombie es probable que el color sea analógico), variedad de enfoques, variedad en los tamaños y formas de las viñetas... y todo dibujado con una cancha tremenda, como si Greco hubiese incursionado en ese estilo 25 ó 30 años ininterrumpidos.
Alejo Valdearena también sorprende en su primera incursión por el género infantil, y en el formato de tira, que lo obliga a plantear y rematar situaciones en espacios muy acotados. Las mini-historias de Tiburcio y su sapo Batracio tienen ingenio, chispa, la cuota justa de ternura, y hasta cierta pizca de mala leche, de mirada poco piadosa hacia algunas convenciones sociales que el guionista de 4 Segundos no filtra (y lo bien que hace).. Tal vez porque la tira no sale en una revista infantil, el mundo en el que se mueve Tiburcio es mucho más real (y complejo) que el que vemos en las típicas historietas de Genios o Billiken, lo cual es un punto a favor, porque le permite a la Alejo jugar a menudo su ancho de espadas, que es el humor basado en la comedia costumbrista, con diálogos filosos, mordaces y que suenan muy reales, incluso dichos por chicos de 8 ó 9 años.
Nunca había leído las tiras de Tiburcio en la revista Viva (publicación excecrable, pensada para viejas culonas, con mucho tiempo al pedo, escaso gusto en materia de diseño y con el cerebro carcomido por las mentiras de Clarín) o sea que para mí este libro fue pura sorpresa. Y puro deleite, porque me encontré con una tira muy divertida, con un humor amplio, que funciona en varios niveles, con rasgos muy originales dentro de un género hecho hasta el hartazgo y con un dibujo increíble, muy por encima de la media. Uno podría pensar que Greco y Valdearena se guardarían sus mejores esfuerzos para trabajos que tengan más que ver con sus pasiones (que supongo que no pasan por hacer una tira infantil para Viva), y sin embargo acá tenemos a dos grossos de la historieta argentina actual decididos a no retacear ni lo más mínimo de su indiscutible (e infrecuente) talento. Me encanuto este librito en mi biblioteca y salgo a buscar otro ejemplar para regalárselo a mi sobrino, que en unos días cumple 7 años y –por supuesto- ya es comiquero a full. Ojalá salga pronto el Vol.2!