el blog de reseñas de Andrés Accorsi
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jueves, 16 de octubre de 2014

16/ 10: ANIMAL MAN Vol.3

Tomo voluminoso de Animal Man, con ocho episodios de la serie que escribía Jeff Lemire y dos de Swamp Thing, escritos por Scott Snyder. Sospecho que cuando lea el Vol.3 de Swamp Thing me voy a encontrar con que ahí también se republican cuatro de los 10 episodios de este libro, pero me parece razonable, sobre todo para la gente que seguía una sola colección.
La estructura de la saga de Rotworld es de un videojuego mediocre: de pronto, toda la realidad cambió. El mal triunfó, la putrefacción arrasó a la tierra (o por lo menos a EEUU), los superhéroes y villanos se convirtieron en unos monstruos tipo zombies totalmente corrompidos por el Rot, y Animal Man y Swamp Thing (cada uno por su lado) deben tratar de llegar a un lugar puntual de EEUU, donde –si hacen todo bien y tienen culo- quizás puedan vencer a Arcane y reestablecer el orden, rescatar a sus seres querido, etc. En el medio, Buddy Baker se encontrará con otros personajes que, por algún motivo, no fueron contagiados por el Rot y algunos (como Steel y Frankenstein) estarán bien aprovechados por el guión.
Pero básicamente, lo que vemos a lo largo de muchísimas páginas es a Buddy y estos personajes que se le van sumando, en una ruta lineal hacia el lugar donde tal vez se resuelva todo, en una peregrinación cuesta arriba, interrumpida todo el tiempo por la machaca sanguinolienta contra monstruos, criaturas abisales y héroes y villanos horrendamente mutados. Por suerte Lemire no se olvida de la familia de Buddy, y en todos los episodios le dedica unas páginas a un subplot protagonizado por Maxine, que está sumamente estirado pero por lo menos sirve para matizar, para que no sea todo “Animal Man y sus amigos avanzan por la tierra podrida machacando monstruos”.
Sobre el final, la saga levanta bastante la puntería. Cuando Buddy y Swampy confrontan al Rot y descubren el verdadero rol de Arcane en la trama, se produce un volantazo que funciona. Para cuando Lemire logra unir la trama de Buddy con la de Maxine, el clima ya está bien espeso, ya se generó una tensión muy grossa. Y el epílogo (llamado “El Funeral”, aunque no te voy a blanquear de quién) es lo mejor que leí hasta ahora en esta versión de Animal Man. Por los huevos para sacudir de esa manera el status quo de la serie, pero sobre todo por la emotividad, la efectividad de Lemire para pegarle a Buddy un golpe que nos duele a todos. Tan perfecto es el final de ese n°19, que era un gran momento para cancelar la revista, o seguirla, pero con otro equipo creativo y otra dirección. Yo, por mi parte, creo que la cuelgo ahí, que no me voy a comprar los TPBs que me faltan para completarla, a menos que los vea a un precio ridículamente bajo.
¿Te acordás de Travel Foreman, el dibujante de los primeros números? Bueno, olvidate porque acá no está más. Por suerte lo tenemos a Steve Pugh, en un gran nivel, como siempre muy jugado a la figura humana, a dejar la vida en cuerpos y rostros y darle mínima bola a todo lo demás. Pero bien, con onda, con polenta, con buena sintonía con los coloristas. Todo el subplot de Maxine permite ver en cada episodio un puñado de páginas dibujadas por un inspiradísimo Timothy Green II, cada vez más afianzado, más personal, más fino. Quiero ya una novela gráfica íntegramente dibujada por este animalito, que por ahí no se luce tanto en las escenas de machaca, pero en las escnas más tranquis la tiene atada. En los dos episodios de Swamp Thing tenemos lo más flojo a nivel dibujo: primero al verdulero Marco Rudy, un Juan Carlos Flicker de la B Metropolitana, con errores en las caras y cero idea en los fondos, y después al impresentable Andrew Belanger, a quien jamás había visto y a quien no quiero ver nunca más, porque –posta- menos la puesta en página, todo lo demás lo hace mal.
El Vol.3 de Swamp Thing (que por lo visto conecta MUCHO con este) lo tengo bastante más abajo en el pilón, pero lo voy a subir para leerlo pronto, así veo si la historia me termina de cerrar o qué. Por ahora, no más Animal Man acá en el blog.

miércoles, 5 de febrero de 2014

05/ 02: ANIMAL MAN Vol.2

Ma-mita, cómo me aburrí con este libro...
En este segundo tomo, Jeff Lemire repite los vicios que le marcamos en la reseña del Vol.1, allá por el 06/12/12. Básicamente, el capricho de avanzar MUY lento en la historia, con páginas y páginas en las que no pasa nada y con secuencias importantes (o meramente impactantes) sumamente estiradas. Y además pasa LO MISMO que en el Vol.1 de Swamp Thing: Animal Man es re-creado por sus creadores, ahora con más poder, para hacerle el aguante a la imparable amenaza del Rot, que lo llevará a aliarse con la criatura del pantano, seguramente en el Vol.3. En el primer tomo de Swamp Thing ese “argumento” hacía más ruido, porque le robaba a Scott Snyder páginas que necesitaba para presentar mejor a los personajes. Acá, por suerte, la presentación de personajes fue uno de los (no tantos) logros de Lemire en el tomo anterior. Y por si faltara algo, este TPB incluye el n°0, en el que la acción se traslada cinco años al pasado para revelarnos en detalle el origen de Animal Man.
Dos cosas me gustaron mucho: por un lado, las caracterizaciones de Cliff y Maxine, los hijos de Buddy Baker. No es fácil escribir chiquitos creíbles y Lemire lo logró ampliamente. Por el otro, las referencias al Animal Man de Grant Morrison: no sólo hay una explicación o una reinterpretación para los aliens amarillos cabezones que metieron mano en el origen del héroe. Lemire también resignifica la saga central de Morrison, aquella en la que Buddy presenciaba la muerte de su familia y terminaba cara a cara con el guionista escocés, en un intento desesperado para que el demiurgo reviera su decisión de boletear a sus seres queridos.
Después me pareció atractivo el upgrade en los poderes del héroe, y lindo pero muy estirado el subplot de los poderes de Maxine (esto ya había sucedido en la revista de Animal Man de los ´90). El resto, muy aburrido. Lemire le escribe un rol muy choto a Ellen, la esposa de Buddy, todo el tiempo con cara de orto y con planteos de pelotuda que no entendió que su marido ahora es más que humano y tiene responsabilidades mayores. Y lo peor, lejos, es el Annual: una “aventura” paralela, tangencial, en la que a lo largo de casi 40 páginas, Socks (otro personaje bien delineado por Lemire) le cuenta a Maxine una historia que apenas tiene que ver con la trama, totalmente prescindible.
Para remar de alguna manera el embole que plantean los guiones, este tomo tiene un elenco de dibujantes de la San Puta, envidiable para cualquier otro comic del mainstream de DC. Esta vez hay poco Travel Foreman (las portadas y alguna que otra paginita interna), pero no se sufre, porque hay mucho Steve Pugh, que a mí me gusta más. Pugh es un muy buen dibujante de estilo clásico, con mucha destreza para dibujar cuerpos y rostros humanos y al que le copa el tema del terror visceral y los monstruos pasados de rosca, que acá abundan y mucho. En el capítulo donde no está Pugh, tenemos al tano Alberto Ponticelli (que trabajaba con Lemire en Frankenstein), también muy sólido y muy pícaro para zafar de dibujar fondos. Y en el Annual, un invitado de lujo: Timothy Green II, un virtuoso sin límites, un dibujante exquisito, con gran talento para la narrativa y un estilo personal, fino, distinguido, muy alejado de los simios amaestrados que llenan 20 páginas por mes en las series regulares de las Big Two. Este pibe, con tiempo y libertad, puede ser un nuevo P. Craig Russell, o un Travis Charest con buena narrativa. Me encantaría verlo en un álbum francés, a ver si no le pinta una onda medio Humanoides...
Y bueno, dentro de unos meses leeré el Vol.3 (que ya lo tengo comprado) y si ahí la historia no cierra de modo satisfactorio, será momento de hacer guita o cambiar por otra cosa los tres tomos de Animal Man. Ya escuché por ahí que muere un personaje importante y me intriga ver cómo, y sobre todo por qué no lo reviven al toque. Esto no va ni en pedo para el lado que a mí me hubiese gustado que fuera y ni siquiera me estoy divirtiendo, así que no veo muchos motivos para bancarla. Incluso sabiendo que la serie está por terminar y que después del Vol.3 quedarán, a lo sumo, dos TPBs más. Puede fallar...