el blog de reseñas de Andrés Accorsi
Mostrando entradas con la etiqueta Steve Lieber. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Steve Lieber. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de febrero de 2013

08/ 02: ROAD TO PERDITION Vol.2

Road to Perdition es una excelente película dirigida por Sam Mendes, producida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks, pero antes fue una excelente historieta escrita por Max Allan Collins y dibujada por Richard Piers Rayner. Cuando la peli se estrenó y resultó un éxito, Collins recibió luz verde de DC para continuar la saga, o en realidad para... algo muy raro. Esto no es exactamente una secuela, sino que el autor le agregó casi 300 páginas a la saga original. Casi 300 páginas que enganchan cerca del final de la primera novela, probablemente entre las páginas 262 y 263.
On the Road (que así se llama la no-secuela) se compone de tres arcos de 96 páginas, todos protagonizados por Michael O´Sullivan (apodado “el Angel de la Muerte”) y su hijito Mike. Juntos intentarán llegar vivos al pueblito de Perdition, a una granja en la que Mike va a estar a salvo de un montón de cosas muy heavies que le van a pasar a su padre, que cometió el pecado de confrontar con Frank Nitti y la familia Looney, capos de la mafia de Chicago y alrededores. Al mejor estilo Lone Wolf & Cub, padre de treinta y pico e hijo de nueve van a yirar por las polvorientas rutas del medio-oeste de los EEUU, sin quedarse nunca en ningún pueblo ni ciudad para no facilitarle el trabajo a los sicarios de Nitti y Looney que buscan al Angel de la Muerte para pasarlo a valores. O´Sullivan, el torpedo de la mafia irlandesa que mantiene los códigos y observa los ritos de la fe católica, no se limita a escapar: también les toca el culo a sus ex-jefes mediante asaltos sistemáticos a los pequeños bancos en los que la mafia de Chicago lava su dinero sucio. De modo que esta guerra (en la que el Angel perdió a su esposa y a su hijo menor) también le sale muy cara a la familia Looney y a Nitti, socio y mano derecha de Al Capone.
Max Allan Collins, consumado escritor de literatura policial y hard boiled, conoce de memoria la época de la Gran Depresión. Así, sin aburrir en ningún momento, explica la interna de la operatoria mafiosa, sus procedimientos, sus códigos, sus valores y lo más interesante: sus vinculaciones con el poder político. El protagonista es un personaje duro, recto, implacable en su sed de venganza, y a la vez lleno de matices, como el profundo amor por su familia, su compasión para con sus víctimas y su apego a los preceptos religiosos. Para estas tres “saguitas dentro de la saga mayor”, Collins también le da forma a los dos Jacks, un dúo de cazarrecompensas con personalidades bien trabajadas, a los que eclipsa bastante Queenie McQueen, un personaje supuestamente menor pero que cada vez que aparece se morfa la novela.
El segundo tramo de On The Road está dibujado por el gran Steve Lieber (además entintador del tercer tramo), aunque acá se luce menos que en otros trabajos, porque en vez de jugarse todo al claroscuro (que maneja con muchísima cancha) se esfuerza por acercarse al estilo de Piers Rayner, un demente que se especializa en meter rayitas y texturitas por todos lados. Piers Rayner es un virtuoso y Lieber no, por eso el resultado, sin ser horrendo ni mucho menos, no tiene el nivel de las otras obras de Lieber y por supuesto ni se acerca al de la saga original.
Bajo las tintas de Lieber en el tercer tramo y bajo las de Joe Rubinstein en el primero tenemos al prócer, al genio, al ídolo, al inconmensurable José Luis García López, de quien –en más de 37 meses de blog- nunca había reseñado más que su participación en Legacies. Con cualquiera de los dos entintadores, el estilo de García López (referente indiscutido a nivel mundial del dibujo académico-realista) se luce a full. Sus increíbles expresiones faciales, su perfecta integración de la referencia fotográfica, la elegancia y el dinamismo de sus cuerpos en movimiento, su narrativa cristalina y efectiva... todo ostenta sublime majestad. Como el libro se edita en formato pequeño (20,5 x 14) García López no dibuja nunca más de cuatro viñetas por página y en cada una pone todo. Por si faltara algo, esto se publica en blanco y negro, o sea que no existe el riesgo de que un colorista choto estropee el trabajo del maestro. Obviamente, cuanto más miro estas páginas más quiero leer TODAS las obras de García López en blanco y negro (bueno, Twilight capaz que no).
Si nunca leiste Road to Perdition (la original), leela ya, que es grandiosa. Y la no-secuela, si bien no tiene la tensión de la original (porque sabés cómo van a terminar O´Sullivan, su hijo, Connor Looney y demás) está repleta de momentos espectaculares y dibujada en un 66% por un monstruo sacrosanto, de esos a los que hay que comprarles TODO lo que publican. Collins condimenta una tremenda historia de traición, venganza y redención con gangsters, prostitutas, timba, jazz, violencia, pólvora y una ambientación histórica cuidadísima. Ni los nombres más talentosos de Hollywood pueden reproducir tanta gloria.

jueves, 19 de agosto de 2010

19/ 08: UNDERGROUND


Bueno, llegué a mi segundo comic de Jeff Parker, ese guionista que está tan de moda y a quien hasta hace poquito yo no sólo desconocía, sino que incluso me lo confundía con Rick Parker. Después de Underground,ya no me lo confundo más con nadie, porque esta obra lo pone definitivamente en la lista de los grossos, de los autores a los que vale la pena ponerles una ficha sin preguntar demasiado quién dibuja, quién edita, con qué personajes labura o cuántos episodios tiene la saga.
Paradójicamente, el concepto de la historieta lo gestó el dibujante, Steve Lieber, quien convocó a Parker para hacerse cargo del guión cuando tenía pensada una parte de la historia, y creada a la protagonista, con quien había hecho un unitario breve en una antología de Image. Al amigo Lieber lo sigo hace mucho más que a Parker. Su anterior saga de una minita en una locación extrema (la gloriosa Whiteout, junto a Greg Rucka) me cebó lo suficiente como para comprarme Underground, cuya premisa, a muuuy grandes rasgos, se parecía. Lieber no es ni será nunca un dibujante hot, ni siquiera uno de esos monstruos de culto (tipo Guy Davis). Se le nota que le cuesta, que lucha en cada viñeta para que lo que ve el lector, sea lo que él quiso dibujar. Se le nota también el amor por los dibujantes clásicos, de Alex Raymond a Paul Chadwick, pasando (¿por qué no?) por Alex Toth y Doug Wildey. Pero Lieber no es un virtuoso, no es Mark Schultz, ni Dave Stevens. Tiene un arma infalible: un instinto de narrador a prueba de balas. En la Antártida donde todo es blanco, o en una caverna donde todo es negro, Lieber se la re-banca para que TODO lo que plasma en la viñeta se entienda y sea funcional al relato. Y no pifia nunca, de verdad. De hecho, resuelve situaciones complicadísimas (páginas de muchos cuadros, largas secuencias mudas, etc.) con una cancha pasmosa. Acá además contó con un colorista (Ron Chan) que entendió perfectamente que la historia (y el dibujo de Lieber en general) funciona mejor sin estridencias ni fumariolas experimentales.
La trama de Underground es definitivamente simple: en un parque nacional de Kentucky hay una caverna majestuosa y ancestral. El pueblo de Marion se debate entre preservarla o convertirla en un atractivo turístico para remontar la crisis económica. El empresario pulenta del pueblo impulsa esto último, y Wesley Fischer, la valiente guardaparques, lidera la posición preservacionista. Obviamente, alguien va a hacer trampa y Wesley y su compañero (y amante) Seth van a quedar atrapados dentro de la caverna junto a unos muchachones siniestros que los quieren boletear. Sí, amigo viñetófilo: Parker y Lieber pergeñaron un thriller adentro de una caverna. A los chumbos y cuchillos de siempre, se le suma ahora la naturaleza en su versión extrema: picos, precipicios, hordas de murciélagos, agua helada, oscuridad total. Todo un desafío para dos guardaparques acostumbrados a multar boludos por pintar graffitis en las piedras.
Pero además, la trama está MUY bien llevada. Hay diálogos gloriosos, momentos muy tensos, personajes secundarios muy logrados, situaciones muy reales, villanos no tan malignos, dilemas morales (porque todo muy lindo con la caverna, pero la gente de Marion se caga de hambre), la dosis justa de violencia y una documentación alucinante (aprendí tanto sobre cavernas de los Apalaches como sobre carbón bincho cuando leí Relatos de un Carbonero). Todos ingredientes que hacen muy rica la lectura de Underground. De hecho, una vez que arrancás, es imposible soltar el libro hasta que no llegás al final. Que además llega en el momento justo: ni es abrupto, ni es anticlimático, ni viene 100 páginas después de que la trama perdió el rumbo.
Si te gustan los deportes de riesgo, o la espeleología, o los debates acerca de la preservación del patrimonio natural, Underground te va a cebar infinitamente. Si querés leer un gran thriller con una locación distinta, también. Y si te hiciste fan de Parker leyendo sus comics de superhéroes y querés ver cómo se maneja con personajes sin 60 años de continuidad previa ni superpoderes, también. Esto es casi Historieta Perfecta. Apurate a leerla, antes de que Hollywood la convierta en una peli chota con Reese Witherspoon y Matthew McConaughey…